24 de agosto de 2009

Viaje de sentidos(de mi autoría)



Largo y lento peregrinaje hasta la chispa de bendición que origina mi vida, seguridad de ser el elegido.
Viaje cíclico de despertares y olvidos, radical transformación de cuerpo y mente, conciencia de siglos que perduran en mi después de casi una treintena de viajes con el fin de mostrar lo que solo puede ser encontrado y enseñar lo que solo puede ser aprendido.
En este nuevo nido mi corazón ha vuelto a latir, alimentándome vitalmente, acurrucado como un capullo siento y escucho su acelerado e incesante trabajo, que en este desierto líquido es lo único que rompe el silencio. Viajes anteriores van quedando y llegando desde el olvido, a pesar de tener recuerdos de cantos místicos, aplausos y reverencias de las cuales nunca me sentí digno.
¡Corazón mío que hoy has vuelto a latir y que en varias oportunidades, pareció quebrarse, al tener que dejar lo que yo más quería para seguir el camino que me ha sido asignado, recomponiéndote en gozosa dicha al darme cuenta de que algunos han entendido el mensaje!.
Una vez más como en cada transformación, mi rostro adquiere una nueva forma, que será publica y en la que se querrán ver reflejados millones de seguidores llegado el momento.
Aún me siento pequeño en relación al mundo que me espera, quizás podría utilizar una nuez como lecho, pero no me preocupo, no tengo apuro, sé que la vida es así, paso a paso, que para contar hasta un millón siempre se comienza por el uno,¡ aún tengo tiempo!.
En este oscuro, cálido y acogedor nido mis manos y piernas se están preparando, mientras, descanso. Aunque de tanto en tanto empiezo a moverme, son como espasmos involuntarios, ganas locas de sentirme vivo. Hoy con las plantas de mis pies he tocado el fondo de este diminuto océano, la sensación es increíble, he vuelto a saltar, ínfimamente, ¡pero con tanta alegría!Océano que también me sirve de alimento con tan solo abrir la boca pero que nunca tiene el mismo sabor, hay días que como todo océano tiene gusto a pescado, pero hay días que puedo asegurar tiene sabor a frutas, otros a vegetales, otros a carnes rojas o blancas, incluso hay ocasiones que no son pocas, que saboreo mixturas, como exquisitos peces con suaves pero sabrosas salsas. Sabores que me serán vedados en alguna ocasión, más adelante por propia voluntad, para alcanzar la vacuidad y llegar a la iluminación.
Ya mi cerebro domina todo mi cuerpo, hasta el corazón, órgano fundador de mí ser, lo obedece, ha dejado de latir alocadamente, para hacerlo de forma ordenada y pausada, mis manos se abren y se cierran con gran fuerza, los sentidos trabajan a pleno, ya parpadeo aunque la gracia de la vista me será otorgada al finalizar mi viaje, hoy al dormirme he vuelto a soñar con todas mis presencias pasadas ,y al soñar he vuelto a sufrir con mis exilios, con las persecuciones, con la represión hacia los míos por ser seguidores de un espíritu libre He despertado exaltado, en esta oscura residencia, pero hay un nuevo sonido que me ha tranquilizado, ya no solo escucho los latidos de mi corazón sino que hay algo que desde el centro de este océano me habla dulcemente. Sintiéndome protegido, ahora tan solo duermo y espero, espero mi momento.


María trabaja en el campo, suda exhausta por el esfuerzo de la jornada laboral, su vientre parece a punto de explotar, sus manos y su rostro están hinchados, se siente mal, las contracciones aumentan y aumentan, siente su entrepierna muy húmeda, un calor corre por sus piernas, se da cuenta de la ruptura de bolsa, mira alrededor mientras se arrima hasta la higuera buscando reparo del sol, apoya la espalda contra el tronco dejándose caer suavemente hasta el suelo. Su marido y sus hermanas que ayudan en la tarea diaria, la observan a distancia y corren en su auxilio notando la anomalía.
El alumbramiento es inminente, sus hermanas y su marido la asisten, la cabecita del niño ya está asomando, María grita mientras puja agarrándose de dos raíces para ayudarse en la fuerza, grita y respira aceleradamente, grita, sopla y puja, grita sopla y puja, desgarrante y aparentemente eterno dolor en su pelvis, el último pujo…el nuevo padre y las nuevas tías sonríen.
A María le gusta mirar el atardecer, mientras apoyada en la higuera donde ya hace seis meses naciera su hijo, lo amamanta y él la observa fijamente, como estudiándola, luego del alimento ambos se recuestan y descansan. Él está cansado por la succión y se adormece mientras recuerda una higuera similar hace varios siglos, ¿Eres un dios?, No. ¿Eres un ángel? No. ¿Un santo? No.
¿Qué eres entonces? Yo estoy despierto - respondió Buda”
…pero hoy no se preocupa, no tiene apuro, sabe que la vida es así, paso a paso, que para contar hasta un millón siempre comenzará por el uno, aún tiene tiempo, mientras tanto se adormece apretando fuertemente el dedo de su mamá.

Claudio Gabriel Visoná Dalla Pozza.

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