21 de agosto de 2009

Número 35 (de mi autoría)


 

El profesor del curso de historia natural afirmó que: “la vida humana no es otra cosa mas que un proceso de combustión y de oxidación”. Esta afirmación movió a Viktor Frankl a ponerse de pie y plantear inmediatamente lo siguiente a su profesor: “Si es así, ¿cuál es el sentido de la vida humana? El hombre es más que una cadena de oxidación, más que un conjunto de conductas aprendidas, más que energía sexual canalizada, el hombre comienza a aparecer justamente allí donde nada lo condiciona, donde era donde es un ser que decide libre y responsablemente.”


Fue el “número 35”, no fue Tomas Mazzei, no fue Papá (si bien lo es para sus hijos Iván de once años y Exequiel de quince) no fue esposo amado(si bien lo es para Silvia su esposa y compañera), no fue hijo(si bien lo es para José, su papá, y Rosaria ,su mamá, de ochenta y tantos años), no fue hermano ni cuñado de nadie(si bien lo es para Mari, su hermana y Carlos su cuñado), no fue tío, no fue amigo, no fue Toti como le decíamos cariñosamente muchos, no fue el Tano como le decían en el trabajo…fue tan solo el deceso “número 35” en la estadística mentirosa que argumenta el gobierno, porque no fue persona, de las misma manera que no fueron personas los “34” muertes anteriores ni lo fueron las que siguieron y las que van a seguir muriendo a causa de influenza A y de un inescrupuloso manejo de la salud publica, de cagarse en los derechos del pueblo y de importarles tres carajo lo que nos pasa a todos los “números” que integramos este país.
¿Mamá por qué se murió mi papá que es tan bueno?- preguntan entre llantos sus hijos.
-Seguramente encuentren consuelo cuando se den cuenta que en realidad están llorando a un número, el “35” en este caso, y no alguien de quien recibían incondicional amor.
-Los números no aman chicos. (Estos chicos no entienden nada, son tan inocentes).- Dirían las estadísticas.
-Con él fui la mujer más feliz del mundo, estoy desconsolada, tengo que acordarme de respirar y seguir por mis hijos.-Dice su mujer
-Señora los números no aman, ni son para amarlos, son tan solo una cifra.-Retrucan las estadísticas, una y otra vez ante la insistencia de gente que dicen haber amado desde distintos lugares al número 35 (hijos, esposa, padres, hermana, amigos, etc.). No son1587 los infectados con Influenza A sino que más de 100000(hasta el 4 de Julio del 2009), pero bueno ¿quien no se equivocó al hacer una cuenta?, tan solo son números…también tenemos que pensar que quien hizo las cuentas quizás fue alumno del programa “Aprender en casa” vía internet, pero sin computadora, como pasa con el 80% de los hogares argentinos. El único número importante fue el 28, que era el número de la fecha de Junio que había elecciones, de la emergencia de los 100000 no había que hablar hasta después del 28,¡¡¡ no hay que ser alarmista!!! ordenó quien maneja a su antojo las estadísticas.
Kant siempre presente hasta el hartazgo nos recuerda: “Nadie mataría a nadie si ese alguien fuera un fin para uno”, somos números para quienes nos gobiernan, somos medios para llegar al poder, no somos fines o sea no somos personas… ¿alguien tiene alguna duda de que no sea así?
Todos los que están cayendo por influenza A y por la ineficiencia de quienes gobiernan y deciden sobre la salud publica, no son procesos de oxidación que llegan a su fin, ni son medios que únicamente sirvieron para llevarlos al poder, son seres humanos, son personas con nombre y apellido, mi amigo que falleció el 30 de Junio se llama “Tomas Mazzei” no “Número 35” , no pretendan cambiar el nombre y asignarle un símbolo estadístico, porque yo personalmente, como no me voy a olvidar de Tomas tampoco me voy a olvidar de los nombres y apellidos de quienes teniendo todo en sus manos para controlar o tomar los recaudos necesarios ante semejante situación de pandemia, miraron para otro lado armando” La Peor Mentira” a nivel sanitario en la historia de Argentina con el solo fin de perpetuarse en el poder.
Claudio Gabriel Visoná Dalla Pozza.

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