24 de agosto de 2009

La ciudad de mi yo (de mi autoría)

¿Me daría igual ella que cualquiera?...

¿Por qué la necesidad es siempre nocturna?…¿necesidad de qué? ¿Sexo? No…

Me produce goce y luego siempre surge ese asco, esa satisfacción vacía.

¿Entonces qué…el aroma de lo prohibido?

¿Pero porqué de noche?

¿Será ella?

¿Seré yo?

¿Seré o seremos criaturas que mutan con la penumbra?

Casi podría asegurar que la razón culpable, se esconde tras la noche.

Si bien a Cristo, el demonio lo tienta en el desierto y el desierto fue razón primaria de tentación por serlo únicamente, la mía es la ciudad…

La ciudad desierta se alimenta de nuestras miserias, la ciudad desierta en penumbra nos muta, o mejor dicho nos da el libre albedrío de que seamos. Mientras somos nos miramos en el espejo de doble imagen la cual nos refleja como retorcidos antes y después de la mutación y nos retuerce de tal forma que las imágenes parecen tomar la forma de una cinta de Moebius. Vemos alegrías, promesas, conciencia, asco y error.

¡Si! La razón culpable es el desierto en la ciudad de mi yo.

Claudio Gabriel Visoná Dalla Pozza.

No hay comentarios: